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Carlos Francisco
Fernández
Asesor Médico de El
Tiempo
En twitter: @saludet
25 de febrero 2018 ,
07:21 p.m.
Por sus características, los adultos jóvenes de hoy
padecen enfermedades con rasgos específicos.
En un entorno de sociabilidad extrema y competitividad
creciente, también son presa de enfermedades y alteraciones que parecen ser
diseñadas para ellos.

Los ‘millennials’,
nacidos entre 1980 y el 2000, también llamados "Generación Y" o "Peter
Pan", han sido centro de estudios de corte antropológico que los categorizan,
sin generalizar, dentro de unas características específicas que los diferencian
de sus antecesores (generación ‘baby boomers’), criados en medio de conflictos
bélicos e inestabilidad económica.
A decir de los expertos, los ‘millennials’ son nativos digitales que
dominan la tecnología como una prolongación de su cuerpo, aptos en el uso de
dispositivos y con ese comportamiento ‘multitasking’ que los transforma en
nomófobos; además de adictos a las aplicaciones. En un entorno de sociabilidad
extrema y competitividad creciente, al parecer, también son presa de
enfermedades y alteraciones en la salud que parecen ser diseñadas para ellos.
En otras palabras,
esta generación que demanda personalización y nuevos valores se convierte en
elemento interesante desde el plano epidemiológico, a tenor de algunos estudios
que evidencian que hay males propios que, a la par de una hipersensibilidad hacia el
mundo, los afectan de manera silenciosa. Y en ese contexto, vale la
pena mirar algunos de ellos.
Ansiedad
Si bien esta
preocupación excesiva y persistente nos afecta a todos, según un estudio de la
BDA Morneau Shepell, estos jóvenes son proclives a desarrollar ansiedad un 30%
más que la generación anterior.
De acuerdo con el
psiquiatra Rodrigo Córdoba, esta conducta empieza a hacerse notoria. Mientras
la ansiedad puede manejarse en otros de forma sencilla, en algunos de estos
jóvenes se convierte en barrera para la vida cotidiana y profesional. De
ahí que el especialista recomiende estar pendiente de rasgos como irritabilidad,
preocupación excesiva, e insomnio, que al volverse permanentes exigen
intervención específica.
Estrés
Encuestas realizadas
por la Asociación Americana de Psicología (APA) han demostrado que los
‘millennials’ son una generación más comprometida con este padecimiento, a tal
punto que alteraciones en la presión arterial, algunas enfermedades
gástricas y la baja tolerancia a la frustración –crecientes en este grupo– se
han identificado como consecuencia directa del estrés. Según la APA, desde
el 2007 las preocupaciones más relevantes en estas edades están relacionadas
con el dinero.
Distimia
Es un trastorno
caracterizado por ser una forma leve pero crónica de la depresión prolongada.
Según un análisis de la Asociación Psiquiátrica de América Latina (Apal), la
distimia cada vez es más frecuente en menores de 30 años. “Es una condición
relacionada con la alta exigencia, la necesidad imperiosa de aceptación grupal
y una frustración permanente por las metas no cumplidas”, dice la Apal.
Estos adultos jóvenes,
en razón a este trastorno, presentan fatiga, disminución en la autoestima,
malos hábitos alimentarios y frecuentes manifestaciones de desesperanza. Son
elementos que, de prolongarse –dice la psicóloga Sandra Herrera–, ameritan
manejo desde el plano terapéutico.
Fatiga visual
Es claro que el
contacto permanente con pantallas y dispositivos, sostenido casi desde la
niñez, ha hecho que en esta población el Síndrome de Fatiga Visual sea
constante. Según un estudio de Vision Council of America, asociación de la
industria óptica de Estados Unidos, el 73% de los ‘millennials’ presenta
esta alteración, consistente en molestias oculares, como cansancio, sequedad,
visión borrosa, lagrimeo, además de dolores en la espalda, la cabeza y el
cuello, que tienden a volverse crónicos y es claro que se producen tras dos
horas o más de utilizar dispositivos electrónicos de pantalla.
De acuerdo con el
oftalmólogo Orlando Ustariz, estas alteraciones exigen intervención y pautas
para tratar de atenuar los efectos de las pantallas sobre los ojos, que
comienzan con pausas específicas y, en casos extremos, restricciones.
Cáncer de colon y recto
Llama la atención
que un estudio realizado por el Instituto Nacional de Cáncer de EE. UU.
demostró que los tumores malignos en colon y recto se han incrementado
significativamente en población joven. Según el análisis, esta situación
estaría ligada a los cambios en los estilos de vida, en los que el elevado
consumo de carnes rojas y de alcohol son determinantes, además del bajo consumo
de fibra, el sedentarismo, la obesidad y el tabaquismo.
El estudio evidenció
que los nacidos después de 1989 duplican el riesgo de padecer cáncer de
colon y cuatro veces más de sufrir cáncer rectal, al compararse con los nacidos
en años anteriores, específicamente con la incidencia de estos males en las
décadas de los cincuenta, sesenta y setenta.
También demostró que
la incidencia de cáncer de colon ha aumentado cada año casi el 2% en adultos de
20 a 39 años, desde 1980 para acá. Con el agravante de que el incremento anual
de los tumores de recto fue del 3% en adultos menores de 30 años, desde 1974.
Curiosamente, estos
males disminuyeron en mayores de 55 años.
Con estos datos, el
gastroenterólogo Ángel Alberto Castro destaca que en jóvenes que presenten
cambios en hábitos intestinales, diarreas o estreñimiento, sangrados rectales o
dolor, se hace necesaria una valoración y, en casos específicos, un complemento
con examen endoscópico.
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